Experimental de la Conducta, las afirmaciones acerca de las causas de una conducta sean aceptadas como válidas únicamente si especifican lo que debe hacerse bajo determinadas circunstancias para producir dicha conducta. En otros términos, para el Análisis Experimental de la Conducta, una verdadera explicación de la conducta es aquella que especifica las condiciones reales que producen confiablemente la conducta a ser explicada. En consecuencia, el analista experimental de la conducta considera que ha comprendido una conducta únicamente si es capaz de producirla mediante la manipulación experimental de sus determinantes ambientales. Como se puede ver, en el Análisis Experimental de la Conducta, el control real de la conducta constituye un aspecto esencial de su explicación. No todos los conductistas aceptan este criterio de explicación. Un enfoque mentalista, en cambio, tratará de explicar la conducta en términos de procesos mentales.
EL ANÁLISIS EXPERIMENTAL DE LA CONDUCTA
La conducta es conceptualizada en unidades llamadas respues¬tas, mientras que el ambiente es conceptualizado en unidades llama¬das estímulos. Sin embargo, las palabras “estímulos y respuestas” no tienen aquí el mismo significado que tienen en el lenguaje ordinario. Mientras “respuesta” significa “reacción” en el lenguaje ordinario, lo cierto es que la mayor parte de las respuestas de los organismos no son reacciones. Lo mismo ocurre con la palabra “estímulo”, que en el lenguaje ordinario denota cierto tipo de ins¬tigación o incitación a la acción, y que en el análisis Experimental de la Conducta debe ser abordada desde un punto de vista com¬pletamente distinto. En consecuencia, es necesario comprender las definiciones precisas de estos términos en el Análisis Experimental de la Conducta.
Los conceptos que acabo de exponer constituyen el lenguaje fundamental mediante el cual el Análisis Experimental de la Conducta habla de la conducta y de sus determinantes ambientales. No es posible en un trabajo de esta naturaleza exponer todos los hechos y principios descubiertos por el Análisis Experimental de la Conducta.
Nos limitaremos pues, a hechos y principios centrales.
Según Skinner (1969), una formulación adecuada de la interacción del organismo con su ambiente debe especificar tres cosas:
1) la ocasión en que una respuesta ocurre; 2) la respuesta en sí, y 3) las consecuencias reforzantes.
Las relaciones recíprocas entre ellas son las llamadas “contingencias de reforzamiento”, que para Skinner son la “variable fundamental” de su teoría de la conducta. Los tres términos de la contingencia, los cuales juntos constituyen una “operante discriminada”, se relacionan entre sí porque el estímulo reforzante ocurrirá sólo si la respuesta es emitida, y sólo si es emitida en presencia del estímulo discriminativo. La operante discriminada es postulada como la unidad básica de análisis de toda la conducta operante condicionada.
Para Skinner, una operante discriminada tiene en psicología el mismo status que la célula en biología o el átomo en química. Y así como la célula o el átomo pueden adoptar diversas formas mediante cambios en la naturaleza de sus componentes, de igual forma puede modificarse el carácter de una operante discriminada mediante cambios en la naturaleza del estímulo discriminativo, de la respuesta, y de las consecuencias reforzantes. Las variaciones en estas últimas (en las consecuencias reforzantes) han sido hasta ahora las más estudiadas.
REFERENCIAS
Ferster, C. B. & Perrott, M. C. (1968). Behavior Principles. New York, N. Y.: Appleton Century Crofts. Lichtenstein, P. E. (1967). Psychological Systems: Their Nature and Function. The Psychological Record, 17, 321-340.
Comentarios
Publicar un comentario